La Basílica de San Marcos es una mezcla de estilos bizantino, gótico y románico. Su planta, semejante a una cruz griega, está rematada por cinco grandes cúpulas que simbolizan la presencia de Dios. Por dentro, es una delicia visual con intrincados mosaicos, suelos de mármol y una decoración fastuosa. Esta mezcla de diseños representa los lazos de Venecia con Bizancio.
El lujoso interior de la basílica, con sus mosaicos dorados y su arte simbólico, mezcla maravillosamente las influencias arquitectónicas orientales y occidentales. Es una maravilla arquitectónica única que muestra la rica historia y las conexiones culturales de la ciudad.