La Basílica de San Marcos tiene un código de vestimenta para mantener un ambiente respetuoso y solemne dentro del recinto religioso. El código garantiza que los visitantes, independientemente de su edad, vistan modestamente, cubriéndose los hombros, el pecho y las rodillas.
Al cumplir el código de vestimenta, los visitantes muestran reverencia por el significado religioso de la basílica, distinguiéndola de una mera atracción turística o museo. El incumplimiento puede dar lugar a que se deniegue la entrada o se pida que se abandone el lugar, haciendo hincapié en la importancia de respetar la naturaleza sagrada del lugar.